EL NUEVO PETER CRISS ES UN BATERÍA DIFERENTE:

CASADO DE NUEVO, DESENMASCARADO Y SIN KISS

Con motivo de el cumpleaños del Gato Iván nos trae esta nota de 1980

Por Ivan Weingart

De Revista People ( 20 de Octubre de 1980).

Traducido por Mauricio Vázquez. (KISS ARMY SPAIN)

Debra Svensk fue portada de Playboy, luego se puso un bikini para los carteles a nivel nacional de Coppertone. Sus medidas 91-61-89; su marido, Peter Criss, tiene 34 años, mide 1,75 y pesa 70 kilos. Debra, 22 años, es una rubia impresionante; Peter es prematuramente canoso y le están enderezando los dientes inferiores. Aun así, cuando están juntos todo el mundo lo mira a él: ¿Por qué? Peter es el primer miembro del grupo de rock Kiss en desvelar su aspecto al público.

Durante ocho años Peter nunca salía al escenario sin el maquillaje de felino que fue su marca registrada. Pero el “Gato” (como sus amigos le llaman aún) encontraba “frustrante no ser reconocido”, y hace seis meses Criss dejó la banda. Un problema añadido era que Peter escribía música demasiado suave para el pesado sello metalúrgico de la banda. El co-fundador de Kiss, Gene Simmons, asegura Peter, no dejaba que el grupo grabase sus canciones (aunque Beth, que escribió Peter junto con Stan Penridge, alcanzó el oro en 1976). “Siempre tenía que ser al modo de Gene. Era una cuestión de ego”, añade. “Hay más música que tres acordes.”

El pasado Abril, Criss anunció que se iba, y en Julio la banda contrató al batería Eric Carr. De la actual gira extranjera del grupo Peter dice, “Echo de menos a los chicos y espero que ellos me echen de menos a mí. Pero estoy feliz de no estar allí”. No hay duda: Su nuevo disco en solitario, Out Of Control, está despegando, y Peter está ensayando con una nueva banda para su propia gira, probablemente en Diciembre. Como cantante solista, está trabajando con un coreógrafo (“así que no me muevo sobre cables”) y apunta a conseguir “una afición más sofisticada. No quiero escabullirme más. Ya lo he tenido con fuego y bombas en el escenario. Me veo con un smoking en Las Vegas.”

Los cambios en su vida privada son igual de radicales. El y su novia de infancia, Lydia, se separaron en 1978 después de ocho años de matrimonio (“nunca fue íntimo”). Entonces en una fiesta en la mansión de Rod Stewart en Bel Air en 1978, Peter conoció a Debra, que había posado recientemente desnuda para Playboy. Ella llegó con Hugh Hefner, pero Peter la agarró la mano y le dijo, “¿Quieres ir a dar una vuelta?”. “Yo no sabía quien era él”, recuerda ella, “pero seguía diciendo ‘Tengo un Rolls, tengo un Porsche’”. Así que ella le acompañó a la casa de Vincent Price (que él tenía alquilada por 17.000 $ al mes) y no volvieron a la casa de Hefner para recoger su bolso hasta tres días después.

De regreso a Nueva York tomaron un apartamento de dos dormitorios y 2.400 $ al mes, pero tenían que mantener su relación en secreto hasta que el acuerdo de divorcio con Lydia fuera oficial. Así fue, y ella consiguió más de 1 millón de dólares. “De todas formas no va a hacerla feliz”, dice Debra, que insiste en que la ruptura no fue culpa suya. “Salió de mi ser amable. Le dije que volviera con ella, pero se estaban destruyendo el uno al otro”. Peter dice, “Yo quería tener niños, pero ella seguía posponiéndolo. Esa fue la razón de la ruptura”.

Con Debra no hay tal problema. Se casaron el pasado Diciembre – habiendo sobrevivido Debra a la prueba de fuego de una gira de Kiss – y ya está a seis meses de dar nacimiento a Peter Michael o Maggie Clara Criss. Ella admite, “Lo hago por él. No es una carga, pero estaré contenta de salir de ello”. Una razón: Debbie ha dejado de ejercer de modelo hasta que de a luz. En lugar de eso, está ocupada trasladando a la familia de Manhattan a una mansión en Connecticut de 170 años de antigüedad y 22 habitaciones que ella y Peter compraron la primavera pasada por más de 500.000 $. Mientras ella supervisa, él está libre para trabajar en su música. Debbie se imagina, “Le toca a él. El matrimonio debería de ser ‘Primero yo echo raíces por ti, luego tu echas raíces por mí.’”

Si su ánimo no funciona, al menos Criss nunca tendrá que preocuparse por el dinero. Todavía es vice-presidente de Kiss y propietario de una cuarta parte. “Gene es el tesorero”, bromea Peter de su sagaz compañero de banda, “así que sabes que el dinero está seguro”. De hecho, Peter puede que haya mordido la mano que le alimenta. Hasta ahora muchos fans adolescentes dicen en cartas que sin Criss se alejarán. Peter defiende, “Incluso los Beatles se disolvieron.” Pero la analogía irónica es: Un fan envió a Debra un telegrama culpándola por la ruptura y llamándola “la Yoko Onode Kiss”.

Peter nació en Brooklyn, donde sus padres, Loretta y Joseph Criscuola, poseían una tienda de antigüedades. Creó su primera banda a la edad de 16 y fue un boxeador Golden Gloves en el instituto, pero incluso con más éxito peleó el reclutamiento al Ejército arreglándoselas para conseguir una prórroga. “No podía caminar, no podía ver, actuaba como un gay. Simplemente no creía en ir a Vietnam”. Peter tomó lecciones de batería de Gene Krupa (su profesor actual es Jim Chapin, el padre de Harry) pero no podía encontrar una banda prometedora. Entonces en 1972 puso un anuncio, famoso ahora: “Batería hará cualquier cosa para conseguirlo”. La primera llamada fue de Simmons.

En la flor de la vida las travesuras del grupo sobre el escenario eran a veces igualadas fuera del escenario: “Una vez hicimos un fuego en una chimenea falsa”, recuerda Peter. Otra vez él y el guitarrista Ace Frehley taladraron una pared del hotel “porque estábamos solos”. También condujo un Mercedes por un acantilado, dañándose las rodillas, y hace dos años impactó atravesando el parabrisas de su Porsche, dejándole con la visión dañada de un ojo. “Dios no me quiere allá arriba todavía”, presupone, “porque soy demasiado problemático”. Desde que se casó con Debbie, Criss se ha calmado considerablemente. “Ahora la gente llama a las 8 o las 9 de la mañana, y estoy levantado. Ella me ha calmado.”

Nacida enLa Palma(sur de L.A.), Debra, que es una cuarta parte Cherokee, “no tenía ambiciones de niña”. Estudiaba en el Pierce College cuando un hombre la paró en la calle y le preguntó si le gustaría conocer Hugh Hefner. “No quería posar desnuda”, dice ella, “pero el dinero era bueno”. (incluía 250$ al día para trabajo promocional). Después se preocupó: “Era la cosa más terrible que podría tener que decirle a tus padres jamás. Pero nadie puso objeción”. Ella y Peter están ahora preocupado de que Playboy pueda sacar sus fotos de nuevo. Peter se encoje de hombros, “Es inevitable. Tiene un cuerpo precioso.”

Para Navidad él está pensando en cubrirlo con pieles, y el que ella tiene en mente es un lince de 100.000 $. Ya tiene 150 pares de zapatos. “Es bonito”, explica Peter “poder entrar en una tienda y comprar algo sin preguntar cuanto cuesta”.

Además de ir de compras, Debbie pasa el tiempo viendo culebrones (odian viajar a países donde no haya televisión americana) y restaurando muebles viejos. Peter se inclina por su colección de rifles y pistolas, carrera de ciclomotores y jugar al badminton con el residente y manitas Chuck Elias. Recientemente ha comprado muchos juguetes para el niño, “pero son muy viejos, así que juego yo con ellos. Todavía soy un niño. Me meto en la bañera con los hombres rana y me sumerjo”. Hace flexiones y abdominales con la esperanza de perder 10 kilos, pero dice “Es difícil cuando tu mujer embarazada siempre está comiendo”. Hasta ahora Debra ha aprendido a cocinar costillas de cerdo y galletas y a hacer martinis – Peter lo toma con tres olivas. El barrio residencial parece aceptarles, pero Debra confiesa, “Probablemente me llevaré mejor con las hijas de nuestros vecinos; tienen mi edad”. Y Peter, contemplando quizá los 500.000$ de gastos de decoración, admite, “Era más divertido en la época cuando pasaba apuros.”

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