FUI HECHO PARA LEERTE: A 40 AÑOS DE LA REVISTA KISS

REPASAMOS SU HISTORIA CON SUS CREADORES

Por Hernan Mariotti

De Madhouse.com.ar

 

La “Banda Más Caliente Del Mundo” llegó tardíamente al culo del mismo. Pese a ser parte de los artistas más populares de los ’70, el cuarteto pintarrajeado explotó en Argentina sobre el cierre de la misma. La kissmanía local fue más bien traumática para los kisseros vernáculos. Desprecio, burlas y por sobre todo, una profunda y malintencionada desinformación mediática eran cosa de todos los días. Hasta que tres pibes del conurbano que aún no habían terminado la secundaria, se embarcaron en la tarea de convertirse en la voz que aportase algo de verdad entre tanta mentira. Con motivo de cumplirse cuatro décadas del lanzamiento del primer número de un emprendimiento que parecía imposible y terminó haciendo historia dentro del periodismo musical en Argentina y Latinoamérica, sus creadores Miguel Musumeci, Matías Repetto y Martín Zamorano repasaron con Madhouse la historia y los pormenores que dieron nacimiento a una revista que hoy ya es leyenda.

 

 ¿Cómo fue la génesis de la revista KISS, cómo se dio su nacimiento?

Miguel Musumesi:
Quiero que lo cuente Matías, él es que tiene más fresco el asunto, el más memorioso y el lazo que nos conectó a los tres

Matías Repetto:
Es verdad, fui el que generó la unión entre Martín (Zamorano) y Miguel(Musumesi). Martín era como “un hermano de la infancia” prácticamente. Éramos compañeros de colegio, yo conocí a Kiss y él se enganchó después con la banda gracias a mí, esa es una anécdota aparte(risas). Después mis padres me cambiaron de escuela. Yo era un pibe muy tímido, y para colmo vivía la típica situación de ser el compañerito nuevo. Nadie te conoce y mucha bola al principio no te dan. Hasta que un día vi que en el patio del colegio había un flaco con su carpeta “forrada” con fotos de Kiss. Al toque empezamos a hablar en cada recreo del mismo tema: nuestros héroes enmascarados.Ser kissero en ese momento era algo apasionante. Nos encantaba la banda y nos juntábamos en nuestras casas o en la escuela cada vez que conseguíamos algo. Siempre intercambiábamos material, algo relacionado con la banda: un recorte de algún medio, alguna figurita, alguna revista. Eso forjó esta amistad y esta hermandad desde ese tiempo hasta el día de hoy. Pero a la vez también forjó una forma de concebir la vida y de vivir la amistad de una manera muy peculiar.

M.M:
Empezamos a hacer por hobbie una especie de “carpeta viajera”, escribíamos a máquina la historia de Kiss, contando la verdadera historia, no todas esas boludeces de los pollitos y demás. Una semana la tenía yo, una semana se la llevaba Matías. Un día Matías la llevó a la casa de Martín, y ahí empieza la verdadera historia de la revista, en parte gracias a tu viejo, Martín.Ahí empezó la historia.

Martín Zamorano:
Estábamos en el living de casa mirando la carpeta con Matias y nos ve mi viejo, Jorge Zamorano. Él venía de trabajar muchos años en el rubro impresión y diseño gráfico. La miró y dijo: “con esto hay que hacer algo” y nos convenció de hacer una revista dedicada al grupo, que informara no sólo sobre su historia, también sobre su actualidad, llevarle las novedades en torno a la banda a los fans.. En esa época ya había pasado un poco el furor por la banda, estamos hablando de 1984, no era como en el ’79, ’80

M.M:
Sí, pero recuerdo que tu padre sacó la cuenta de la cantidad de entradas que se habían vendido para la frustrada presentación de Kiss en la Bombonera y seguramente pensó que la idea iba a andar bien.

Viví esa época como adolescente. La revista sale en un contexto en el cual no había muchos medios que hablaran de rock and roll o de hard rock

M:Z: Es verdad. También estaba muy fresca la Guerra de Malvinas, la prohibición de difundir música en inglés. Era muy complicado conseguir o tener algo relacionado con las bandas que a uno le gustaban. Por un lado fue una época jodida para hacer una revista sobre Kiss, pero lo bueno era que evidentemente había mucha hambre por acceder a contenidos sobre la banda.

M:M: Nosotros fuimos unos locos también, porque nos dejamos llevar por el afán y el fanatismo. Si te ponés a pensar, hacer una revista de un grupo de rock era muy arriesgado y más de un grupo que en ese momento era totalmente vapuleado en Argentina. Pero la verdad es que fue un golazo. Logramos tener una tirada grande, porque salíamos en todo en todo el país.

M.R: Hay que analizar también lo que fue la estafa de la estafa de la productora Demorcs con los conciertos que se iban a llevar a cabo en Boca, un año antes, en el ’83. Contar que había pasado con la guita de las entradas, la controversia con el tema de la amenaza de bomba en el estadio. Los fans estábamos doblemente afectados, porque encima de que cientos de miles habían sido robados, quedándose los ladrones de la productora con la guita de los cientos de miles de entradas vendidas, tenías que bancarte el bullying que existía en los medios hacía Kiss, incluidas las revistas de rock. Entonces faltaba algo que unificara a toda esa gente defraudada y que se sentía parte de un movimiento que fue vilipendiado y muy maltratado. Eso es algo muy interesante de rescatar también.

El medio “especializado” de rock por antonomasia era la revista Pelo y lo mataban a Kiss. O gente como Gloria Guerrero, que era muy leída, y todo el tiempo atacaba al grupo con una marcada animosidad

M.M: Si se hubiera tratado únicamente de criticar negativamente a la banda en su faceta creativa, es aceptable, forma parte de la subjetividad que habita toda crítica artística. El tema es que ese juicio venía acompañado por falsedades, desinformación, y juicios de valor que se metían con la vida personal de los integrantes de Kiss y con un marcado menosprecio por los fans también. Nos consideraban poco menos que unos tarados. Cito el caso de Chiche Gelblung, que desde la revista Gente usó el amarillismo para vender. Él fue el inventor de la famosa historia de los pollitos. Detestable. Gloria Guerrero pagó caro la página negra de la revista Kiss (risas), porque a partir de ahí nunca más se pudo reconciliar con los kisseros, le hicimos la cruz.

M.R: Nombraste a Pelo, y la editorial que la hacía después sacó Metal, la cual al principio tampoco trataba bien a Kiss. Hasta que vieron el negocio y empezaron a tratarlos mejor. Después sacaron también Destroyer, un intento de competir con nosotros, con una publicación dedicada exclusivamente a la banda, pero no prosperó.

Kiss estaba rodeado de un escándalo malintencionado por parte de los medios. ¿La tapa del primer número era un intento de subir la apuesta y darle más pasto a las fieras?

M.R: Más allá de lo anecdótico, cuando el papá de Martín logra decidirse a hacer la publicación, le pasábamos muchas fotos de la banda. Habíamos conseguido unas de una enciclopedia de rock. Ahí aparecía esa famosa foto de la tapa del primer número, donde ellos están protagonizando una escena sadomasoquista con una mina bolas. Cuando pensamos en las tapas, lo que menos pensamos es que iba a elegir esa. Él quería escandalizar, o sea directamente dijo “ya que lo odian tanto, vamos a fondo para que los odien del todo. Dicen que son unos degenerados, entonces vamos a remover el avispero”. Yo estaba muy asustado. ¡”Por favor, no pongas eso Jorge, te van a matar”! (risas).

¿No tuvieron problemas con la censura?

M.R: Ya estábamos en la época del destape, plena primavera alfonsinista. De todas formas, Jorge tuvo la idea de tapar los pezones de la modelo de la foto agregándole un dibujo con el maquillaje de Gene Simmons, con lo cual le sumamos más rareza a la foto (risas).

M.M: Hay una anécdota con respecto a eso. Cuando vino Kiss con la formación original, Tommy Thayer era el tour manager de la banda. Cuando vio la tapa quedó asombrado y nos preguntó de dónde la habíamos sacado. Le dijimos que la habíamos sacado de una enciclopedia. Nos contestó que él tenía esa sesión de fotos completa, y que esa foto no estaba. “En ninguna de las fotos está Peter Criss fumando”, nos dijo concretamente. Una rareza total.

¿De dónde sacaban la información y el material fotográfico en una época en la que no había internet, ni estaba todo a mano todo como ahora?

M.R: Te tengo que contar nuestras travesías junto a Miguel. Nosotros éramos del conurbano, las revistas importadas eran para los que vivían en Capital, tenían todo más a mano. Éramos chicos todavía, así que hacíamos nuestras incursiones para conseguir algunas. Pero por otro lado con Miguel pensamos que si medios de entonces como TV Guía, Gente o TV Semanal, publicaban notas y fotos de la banda, entonces en los archivos de esas editoriales material debe haber. Un día hicimos un raid a modo de exploración, tomamos la dirección de cada una de las editoriales y fuimos diciendo que éramos estudiantes, que estábamos haciendo un trabajo para la universidad, que necesitábamos material sobre el grupo Kiss. Entrábamos a la redacción, te pedían que dejes tu DNI y te decían “vayan al archivero y fíjense en la letra K a ver que les sirve”. Tenían todo encarpetado por abecedario a cada artista. Y había cosas muy interesantes como por ejemplo la incursión de en el programa televisivo “Aplausos” cuando hicieron en 1981 una gira de prensa para promocionar “(Music From) The Elder”. Lo curioso es que vos leías en esos artículos que habían ido para hacer una donación para un orfanato, y después usaban esas fotos para publicar inventos, como que en su visita a México la banda había protagonizado una “¡serie de escándalos producto del alcohol y las drogas!” (risas). Nada que ver con lo que decía el reporte de prensa original. Era más vendible para la prensa argentina el amarillismo, inventar esas historias estrafalarias. También usábamos como fuente a “The Real Story: Authorized”, biografía autorizada de la banda escrita por Peggy Markin y publicada por Bill Aucoin en 1979. El famoso libro donde estaba día por día contada la historia de la banda. También Sandro Kogan, un amigo y reconocido coleccionista de Kiss, nos dejó fotocopiar otro libro que tenía la historia de la banda hasta 1976/1977, “Kiss Headliners”, cuyo autor es Robert Duncan. Un libro brillante. Más o menos esas eran las fuentes de dónde juntábamos todo ese material. Ahora, ¿que contra tenía nuestra revista? Las traducciones. Ahí tenemos que hacer una fe de erratas para la eternidad (risas), porque no teníamos gente que nos tradujera fidedignamente el material. Jorge (Zamorano) se la mandaba a traducir a alguien que se ve que tenía un Diccionario Collins o algo así (risas). Muy literal todo, por ejemplo la traducción de algunas letras de canciones. No digo que fueran tan burdas como las que hacían a veces las discográficas en las ediciones nacionales cuando traducían los títulos de los temas, pero realmente podrían haber estado mejor traducidas. Cuando hacíamos las notas, nosotros realmente le poníamos mucho cariño.

¿Qué edad tenían cuando empezaron a hacer todo esto?

M.M: Unos pibes, 16, 17 años

M.R: Yo tenía 16 y cuando salió el primer número de la revista todavía mi papá estaba con vida y recuerdo que le mostré la revista y estaba muy orgulloso. Hacer la revista nos hizo descubrir vocaciones. Martín empezó a interesarse por el diseño gráfico, Miguel y yo nos anotamos en la Universidad de Lomas de Zamora para estudiar periodismo. En fin, fue un gran crecimiento personal. Otro aspecto interesante fue que junto con la revista también se gesta el movimiento heavy metal argentino, emerge en ese mismo momento. Aparece la revista Riff Raff (NDR; años más tarde, Frank Blumetti y César Fuentes Rodríguez, ambos miembros del staff de esa revista, fundarían Madhouse)

Justamente, acá tengo en mis manos el segundo número de la revista Kiss, uno de los títulos de tapa dice “Heavy Metal Nacional” y dentro venían notas de bandas de metal argentinas

M.M: Sí, y el que vivió esa época (ndr: los primeros años de la década del 80), recordará los festivales “10.000 Watts”, que era un emprendimiento que también tenía el papá de Martín.A nosotros eso nos sirvió para conocer a un montón de músicos nacionales. En ese momento estaba Bloke, V8, Belcebú, Punto Rojo, cuyo violero era Walter Giardino.

M.R: Otra cosa linda que recuerdo es que en las oficinas donde funcionaba la redacción de la revista estaba la gente de Riff Raff y ahí conocimos a Frank Blumetti (ndr editor y propietario de Madhouse Web). Nosotros éramos muy “verdes” para escribir y él nos daba muchos consejos. Yo era fan de la revista Kissmania, el primer fanzine dedicado a la banda en el país. Me acuerdo que le decía” me falta el número uno de la Kissmanía, Frank”. Y me acuerdo al día siguiente me lo trajo y lo tengo acá en mis manos, mirá (risas), Es la matriz original del primer número, como verás, están las fotos recortadas y pegadas, y el texto escrito a máquina. De acá ellos hacían la fotocopia, pero este es el original con las fotos pegadas. Es el día de hoy que lo valoro mucho, fue una influencia grande, Ellos conseguían bastante material por esa época. También hacíamos intercambio por carta con fans de otras parte del mundo. Por un lado vos conseguías material inédito acá, y viceversa. Era un lindo intercambio.

CONCLUSIONES FINALES Y UN BESO DE DESPEDIDA

¿Como fundadores de la revista Kiss y luego de Kiss Fever (NDR: revista continuadora de la Kiss en los 90s) , que asignatura les quedó pendiente como medios dedicados a la banda?

M.R: Creo que una foto nuestra con la banda completa y armar un anuario final de la revista con la participación de ellos. Armar un número con el consentimiento y con ellos involucrados en el mismo. eso hubiera sido glorioso. El sueño de todo pibe kissero, digamos, el poder ser parte de algo en el cual la banda esté involucrada. Creo que todo fan comparte ese anhelo.

Hacer la “gran Tommy Thayer”…(risas)

M.M: (Risas) Hablando en serio, estoy convencido de que si hubiésemos tenido un muy buen dominio del inglés, creo que hubiéramos terminado trabajando para Kiss. Cuando trajimos a Bruce Kulick a tocar acá, tras su salida del grupo, se asombró cuando notó que a todos los fans club del mundo les prohibían utilizar el logo de la banda, pero a nosotros no. Cuando entró a nuestra página web y vio el logo original nos dijo “seguramente Gene no les dio de baja el logo porque siente que ustedes representan a la banda en Latinoamérica.” Esas fueron sus palabras textuales. Realmente es algo que hubiera sido glorioso de hacer. Pero lo mejor que nos llevamos de toda esta historia es todas las amistades que ganamos gracias a la banda y a la revista

M.Z: Lo de la foto con ellos hubiera sido fantástico, pero en mi caso considero que hicimos un montón de cosas, y cada cosa que hicimos fue a pulmón y con mucho disfrute y alegría de hacerlo. En ese sentido, estoy hecho. Hicimos algo que significó mucho para miles de fanáticos en toda América Latina, y eso es impagable.

¿Hubo algún costado negativo, algún detalle del que se arrepientan por dedicar tantos años a la Revista Kiss primero y luego a la Kiss Fever?

M.Z: (Piensa) ¡Mirá, creo que lo único malo de todo lo que hicimos ,es tener que haber aguantado tantos años a estos dos! (risas)