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Diseño imagen: Miska |
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Ego
infeccioso..., machismo desmedido..., fuerte complejo de superioridad... no
hay dudas de que Gene Simmons sería el candidato ideal para ser atrapado
bajo la implacable mirada de la lupa freudiana. Si bien entramos en el
terreno hipotético, hay algunas interesantes apreciaciones sobre la
personalidad y las conductas controversiales del Sr. Simmons que pasaremos a
develar.
“Fastidio” es lo que termina provocando el “autobombo” que Simmons vive
haciendo de su persona. Ejemplos sobran: en su libro autobiográfico la
palabra “yo” se debe repetir 1.834.772 veces. La tapa de “macho-playboy” de
su nuevo cd junto a las letras “políticamente incorrectas”, tienen la astuta
intención de convertir su orgullo intelectual en mercancía mediática, en
tanto que los 4 ejemplares de la revista que dirigió hasta fines del 2003 (Tongue),
llevaban implícito un mensaje alevosamente autorreferencial: “estos son mis
gustos y mi política... consúmanme!!!”. Y de eso se trata la política de
Gene Simmons: crear “la polémica”, “fastidiar”, “llamar la atención para
remover los escombros de los medios, y así transformarse en un objeto
permanente de consumo.
Sin embargo lo atractivo de
jugar con los medios es muy riesgoso..
La delgada línea que separa un suceso de un bochorno es imperceptible, y en
el caso de Gene queda en evidencia que el nivel de “espectacularidad” con el
que se sobredimensiona su ego cada vez que pone en marcha un proyecto, llega
a un punto de saturación. Quizá esto explique por qué muchas veces terminan
siendo estrepitosos los fracasos de sus emprendimientos. La división de sus
negocios televisivos-cinematográficos no han producido nada relevante; su
nuevo álbum todavía no ha superado las 100 mil unidades vendidas, su segundo
libro no le movió los pelos ni a Bob Kulick (claro, los de abajo), la
revista Tongue tuvo un final ignominioso... y si seguimos hilando (carrera
actoral, compañía grabadora, Kisstory II, el film Detroit Rock City, etc)
también obtendremos resultados vergonzosos recibiendo incluso la
desaprensión de la prensa.
La
pregunta es, esta política fanfarrona y de auto exageración, ¿no es
contraproducente? ¿A quién le puede interesar consumir a un tipo que se
idolatra así mismo?. ¿A caso Simmons no lo sabe mejor que nadie?.
Es
evidente que poco le importa. ¿Cuántos tipos pueden cantar con tanta
convicción “Soy un Pelotudo!, Soy un pelotudo!”...?. Estamos frente al caso
de un tipo irreverente, alevoso, cuya singular “personalidad” atrapa siempre
la mirada de los medios, y como bien es sabido, en el actual y competente
mundo artístico si no aparecés en los medios, no existís. Desde este
aspecto, Simmons es un gran triunfador. El “Hombre de las Mil Caras” no
busca credibilidad ni aceptación, poco le importa que su nuevo trabajo
discográfico sea criticado o alabado, lo importante es que -haga lo que
haga- nunca pase desapercibido.
Esto nos
habla acerca de una o dos cosas esenciales sobre los medios de difusión
masiva. Actualmente no interesa la calidad del mensaje sino la capacidad de
atracción que pueda tener el mismo. Los medios sólo tratan de captar aquello
que es atractivo por sus elementos peculiares. Y qué joder..!!! Gene Simmons
es una personalidad harto singular, un snob de guante blanco capaz de erizar
tanto los pelos de los fans de KISS cuando habla pestes de sus ex-compañeros
como de cualquier ciudadano normal cuando promueve la destrucción de la
institución matrimonial o palmea la espalda de Bush en su sanguinaria toma
de Irak. Sin embargo lo que lo hace singular a Simmons no es justamente sus
visiones extremas de las cosas, sino los fundamentos existenciales y
filosóficos a los que apela para sustentarlas, y por eso cada cosa que
emprende, lejos del éxito o del fracaso, es ante todo legítimo y conducente.
Podemos estar de acuerdo o no con él, pero lo que no podemos dejar de hacer
es ser indiferentes. En ese juego, él siempre está un paso adelante.
Lo triste
y decepcionante del caso, para los fans de KISS, es aceptar de una vez por
todas que la faceta “Gene Simmons músico” definitivamente murió. El Dios del
Trueno finalmente encontró su autorrealización por la capacidad de
legitimación que le dan los medios, esa es su más alta prioridad. Los fans...
todo bien.. siempre leales... dispuestos a comprar su basura o aceptar sus
delirios!. Vamos... dejémonos de joder, terminemos con la farsa... Compremos
los discos viejos de Ace Frehley o roguemos a Paul que nos dé algo de
credibilidad!!!!. Algo de buena música... Los fans de KISS seguimos
vivos!!!!
Matias
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