![]() |
Encuentros
con Paul Caravello
por Dale
Sherman
“Esto es grandioso! Así que ahora, mi totalmente inútil vida será importante para alguien. Va a ser publicada!” — Eric Carr, entrevista personal con el autor, 1990. Noviembre 25, 1991. Recuerdo la noche tan claramente. Acababa de experimentar un muy frustrante y largo día en el trabajo, sólo para terminar en el autobus equivocado camino a casa cuando salí. Para llegar a casa, mi esposa tuvo que conducir para recogerme en una menos que hospitalaria parte de la ciudad tarde esa noche. Mi esposa, Jill, iba conduciendo a casa cuando me dijo la noticia: Eric Carr había muerto el día anterior. Un amigo había llamado a casa temprano esa noche y le dió a ella la noticia. Me quedé ahi, absorbiendo las palabras sintiendo poca emoción. No hubo shock, ni ira. Sólo me paralicé. No fué que la noticia fuera una sorpresa. Se veía venir y yo lo sabía. Mientras mucha gente cercana a Eric; incluso el mismo Eric habían tratado de demostrar que el sólo se estaba fortaleciendo durante los meses siguientes a su cirugía de corazón, había habido muchos contratiempos que no permitían a nadie creer que Eric estaba completamente saludable. Además, una semana antes, una persona cercana a la banda en aquel tiempo me había dicho que tenía que “empezar a rezar”. Así que cuando la noticia finalmente golpeó, difícilmente me estremeció. Todo lo que sentí fue una parálisis la cual había sentido sólo un par de veces en mi vida. En ambas ocasiones, cuando había ocurrido una muerte en mi familia — primero mi padre, y después mi abuelo. Mirándolo ahora, me doy cuenta que la parálisis era mi forma de manejar la sobrecarga emocional que sentí. Para ayudar a mantenerme bajo control y así yo pudiera funcionar. También sé que, mientras tenga aún que perder un amigo cercano y personal de esta manera, probablemente tendré la misma reacción en ese momento también. ¿Pero por qué ahora? ¿Por qué tenía tal sentimiento de pérdida por un músico de rock? Él no era un miembro de la familia. No era un un amigo cercano al cual había conocido por años. Este era un hombre al que realmente sólo había encontrado cara a cara tres veces en mi vida y sólo lo conocía por su carrera. ¿Por qué su muerte me tocó de tal manera? Quizás la cosa más aburrida e irritante que un escritor puede hacer cuando esta discutiendo un tópico es hablar de él mismo en lugar de el tema. Con demasiada frecuencia los escritores se meten de lleno ellos mismos en su escritura a un nivel personal tanto para alzarse ellos mismos como para estar al mismo nivel del tema, o porque son demasiado flojos para manejar el tema estrictamente apegándose a los hechos. Aún, quizás el único modo de explicar por qué sentí tal cercanía con el hombre es explorar las circunstancias que me permitieron conocerlo durante estos años levemente. Diciembre 1984. Un grupo de amigos y yo habíamos ido a Louisville, Kentucky para ver a KISS durante el tour ANIMALIZE. Después del show, fuimos a encontrarnos con algunos amigos dentro del bar del hotel donde la banda se hospedaba. Mientras nos sentábamos en una mesa, Carlyn Nugent, una de las editoras de STRANGE WAYS, un fanzine de KISS que estabamos publicando en ese tiempo (no el SW de internet, sino un fanzine de principios a mediados de los 80´s), vio a Eric Carr sentado en el bar. Estaba disfrutando una bebida y tratando activamente de levantarse a la chica sentada al lado de él. Carlyn se volvió hacia mí con un álbum promocional de KISS en la mano y me pidió que fuera y obtuviera su autógrafo para ella. Rápidamente le dijo que estaba loca para pensar que un tipo detendría su charla con una chica sólo para firmar algo para un tipo que era un fanático. Le sugerí que fuera ella misma, ya que tenía más oportunidades de llamar su atención que yo. Carlyn fué sólo para regresar poco tiempo después con el álbum. Le pregunté si se lo había firmado. Me dijo que Eric estaba renuente a interrumpir su conversación con la mujer como para hablar con ella. Después de lograr su atención y pedirle el autógrafo, Eric tomó el álbum y rápidamente escribió un corto mensaje y lo firmó. El mensaje decía: “Déjame en paz! Eric Carr.” Viendo el mensaje, Carlyn le agradeció sarcásticamente por su tiempo y comenzó a alejarse. Fué hasta ese punto que Eric se dió cuenta que había hecho algo mal. Diciéndole que se detuviera, suspiró y se volvió hacia ella. Invitándola a sentarse en el bar, comenzó a hacerle preguntas acerca del show de esa noche, y hasta mencionó que la había visto en la primera fila. Después de pocos minutos, le agradeció por su tiempo, se disculpó por lo que había escrito en el álbum y regresó con su chica. Carolyn me dijo que estaba un poco desilusionada por la reacción inicial de Eric cuando ella le pidió su autógrafo, pero sintió que Eric compensó su crueldad inmediatamente después de firmarle el álbum. Cuando ví lo que él escribió, me eché a reír. Evansville, Indiana, 1985. Debido al éxito de STRANGE WAYS, me fué permitido ir backstage antes del concierto ASYLUM que se daba esa noche en Evansville. Hacía rato me había topado con una fan de KISS quien habia tomado algunas fotos durante el tour, y trajo algunas para mostrarselas a los miembros de la banda. También vino preparada con una tonelada de material para ser autografiado. Se había hecho conocida por la banda a través de los años por aparecer en backstage en otros shows y ser una ligera molestia. No en alto grado, sólo siendo un poco entusiasta al hablar con los miembros de la banda: esencialmente queriendo que se rieran de sus bromas y la trataran como a una amiga cercana a la cual no habían visto en un tiempo. Esto era un tanto exagerado a veces, y fácilmente ponía los nervios de punta. Aún así, ella era mi amiga y no quería evitarla por completo estando en backstage. Ella entró al área de backstage vistiendo un conjunto de leotardo hecho por ella misma, como el que Paul usó en la portada de LOVE GUN. Para decirlo cortésmente, no se le veía nada bien; sin embargo caminó con confianza con todas sus fotos e items bajo sus brazos. Los únicos en ese momento en backstage eran Gene y Paul. Paul le echó un vistazo, y viendo quién era, puso los ojos en blanco y caminó apresuradamente de regreso al vestidor a unos cuantos metros de ahi. Gene rápidamente siguió el ejemplo. Esto dejo sólo a unos cuantos roadies y a los miembros de King Kobra (quienes abrían para KISS en el tour), incluyendo a Carmine Appice. De pronto, Eric apareció del vestidor y fué rápidamente acorralado por mi amiga. Aceptando firmar algo para ella, mi amiga sacó una libreta llena de fotos y anuncios de revistas para que le firmara. Firmó y empezó a hacerlo rápidamente, uno tras otro. Como yo estaba en el lado opuesto a Eric y algo lejos, nadie sabía que yo conocía a la persona que era la fuente de la actual tortura de Eric. Observé cómo mi amiga se apartó por un momento para traer más material a Eric para firmar. “Caray,” dijo Eric, en voz baja para que mi amiga no pudiera oír. “¿Quieres que te firme cada página de la Biblia también? ¿Cuánto más material quieres que te firme? Cuando ella regresó con él, él sonrió y comenzó a firmar otra vez. De pronto, se detuvo en una foto de él mismo que estaba por firmarle. Era una foto del concierto que ella le tomó que no era muy favorecedora. El la miró a ella, y ella se rió, diciendo que la foto lo hacía lucir estúpido. Fué obvio para mí que ella no se dió cuenta cuán gravemente lo había insultado. Antes de que pudiera responder, Carmine Appice se acercó por detrás de Eric. Se inclinó hacia Eric y dijo algo despectivo sobre la apariencia de mi amiga. Eric giró su cabeza para ver a Carmine. “Muchacho, realmente sabes cómo levantarte tus groupies, Eric” Carmine se burló. A Eric se le cayó la foto y empujó violentamente a Carmine, quién sólo se rió y se alejó. Eric levantó la foto del piso, y regresó con mi amiga. Ella, no habiendo escuchado lo que Carmine dijo, supuso lo más inocente. “Mira,incluso Carmine pensó que la foto es tonta” dijo, pensando que Carmine se estaba riendo de la foto y no de ella. La ira nubló por un momento el rostro de Eric por un momento, y por un momento pensé iba a decirle lo que realmente sucedió. Entonces él se rió. “Si, asi es. Él pensó que la foto era tonta también” Firmó la foto y entonces inmediatamente se disculpó y se fué al vestidor. Más tarde esa noche, como a más fans se les permitió la entrada al backstage, Eric reapareció para conversar con los fans, firmar autógrafos y tomarse fotos con ellos. Mientras la mayoria de los fans estaban felices de verlo, había unos cuantos molestos por no tener la oportunidad de encontrarse con Gene o Paul. Varias veces fueron fans directo con él a preguntarle si algunos de los otros iba a salir. Eric era obviamente herido por la pregunta y la actitud de los fans. “Naaaa. Soy el único que quiso salir a hablar con ustedes, antes del show de esta noche”, el respondía. En 1989 había comenzado a trabajar en un libro de referencias sobre KISS que en un principio había sido aceptado amistosamente por Gene Simmons en 1988. Después de esta noticia, tuve la esperanza de que sería capaz de entrevistar a los miembros de la banda mientras estaba escribiéndolo. Nunca resultó. Durante el transcurso del siguiente par de años, Gene programaría numerosas entrevistas sólo para cancelarlas debido a otros conflictos. Tras una breve discusión con Gene en 1990, se decidió que, mientras me deseaba lo mejor en mi proyecto, el no participaría. Sin embargo, fué por el interés inicial de Gene que fuí capaz de arreglar una entrevista con Eric en las oficinas de la compañía de KISS en Manhattan durante febrero de 1990. Era una oportunidad dorada para el libro, como Eric había hecho relativamente pocas entrevistas fuera de la prensa, muchas de las cuales eran cortas y trataban sólo el más reciente álbum de KISS, o temas. En general, Eric nunca había visto una seria entrevista completa publicada, tratando sobre su vida antes y durante su estancia en KISS (aunque debo admitir, unas pocas entrevistas en audio por el estilo han aparecido hace algunos años). Por lo tanto, fué una oportunidad de obtener una perspectiva sobre KISS que rara vez fue escuchada, y una oportunidad de ser capaz de escribir sobre su carrera antes de KISS sin recurrir a artículos viejos de revistas. Llegué a las oficinas de la compañía de KISS en la 6ta Avenida, y me encontré a Eric sentado tras el escritorio en la oficina de Gene firmando posters promocionales de HOT IN THE SHADE. Había dos sillas enfrente del escritorio: una vacía y la otra llena con aproximadamente cincuenta copias del álbum HOT IN THE SHADE, autografiadas por cada miembro de la banda. Una diminuta voz de “fan” dentro de mí deseaba pedirle a Eric un álbum para llevarme a casa, pero contuve el impulso. Estaba ahi para hacer negocios profesionales, y una actitud tal en este momento era inapropiada. Había llegado vestido de traje para la ocasión para impresionar. Cuando Eric me vió, sin embargo, inmediatamente comenzó a reír (supongo que de mi atuendo; al menos espero que esa haya sido la razón). Eric, como siempre parecía, iba vestido con una playera de Led Zeppelin y su infaltable camisa de boy scout. Me pidió me sentara mientras él terminaba de firmar los posters. Empezamos la entrevista poco después, y estuvimos hablando por un rato cuando la peor cosa posible durante una entrevista sucedió: la grabadora que traía conmigo se murió. Eric no sólo pacientemente permaneció ahi mientras yo luchaba con unas baterías nuevas y un nuevo cassete, sino hasta hizo algunas sugerencias para ayudarme. Aún así, no fué posible lograr que funcionara la grabadora. Frustrado, dejé escapar que había tomado prestada la grabadora del publicista de la banda ya que había dejado la mía en el hotel donde me hospedaba. Eric se rió, y me ofreció un par de soluciones. “Mira Dale. Podemos hacer una de dos cosas. Puedes ir a la tienda de electrónicos escaleras abajo justo ahora, y comprar una nueva grabadora; o puedes ir por tu otra grabadora y podemos terminar la entrevista mañana a la misma hora”. La segunda opción me llamó más la atención. No sólo me daría una noche para hacer algo de investigación sobre algunas preguntas que Eric había planteado durante esa porción de entrevista de ese día. Significaría más tiempo del que en un principio se me había concedido para la entrevista en primer Al día siguiente regresé a las oficinas con grabadora nueva y comenzamos de nuevo. Eric pareció desilusionado porque no encontré la foto del DAILY NEWS, pero sí logré localizar varios artículos acerca del incendio del baren el que estaba en 1974. Interesado en verlas, Eric hojeó los artículos y apuntó a una foto que mostraba su camioneta van estacionada frente al nightclub. “Estaba bloqueando el frente del club cuando el incendio había comenzado porque yo la había traído para recoger nuestro equipo. Los bomberos casi la remolcan”, recuerdó Eric antes de que empezaramos la grabación. Después de los contratiempos iniciales del día anterior, el resto de la entrevista transcurrió bien. Durante el cambio de cintas de la grabadora, Eric incluso hizo una llamada y deshizo una cita para comer que tenía, para poder continuar por una hora más. En general, hablamos por varias horas, de tópicos que iban desde The Cellarmen hasta Flasher; de MUSIC FROM “THE ELDER” hasta HOT IN THE SHADE; de THE ROCKHEADS hasta Hari Kari (la banda femenina de thrash metal con la que estaba trabajando durante 1989). Hasta hablamos acerca de Rocky & Bullwinkle y Betty Boop. Finalmente miré mi reloj y ví que ya pasaba del mediodía. Sintiendo que ya le había quitado suficiente de su tiempo, decidí parar la entrevista por el momento. “Estas seguro?” me preguntó Eric. “Puedo hablar un poco más si quieres, ya que estás aqui”. “Bien,” dije, “si encuentro alguna cosa más mientras hago la investigación, me pondré en contacto contigo si estás interesado”. “Si. Puedes llamarme y podemos hacer algo por teléfono o lo que sea. Sólo házmelo saber”. Mientras comencé a empacar, observé los álbums autografiados HOT IN THE SHADE e interiormente suspiré. Eric mientras tanto, había tomado uno de los posters que había firmado y me lo entrega. “¿Estarías interesado en unos de estos?” “Hum… Seguro!” dije, aún tratando de sonar lo profesional que yo sabía no estaba pareciendo ya. Eric salió de la habitación mientras yo seguí empacando. Unos segundos después, regresó con una copia de la edición limitada del álbum FIRST KISS. . . LAST LICKS. “¿Tienes este?”. “Uh… no. Gracias.” Eric entonces llegó a la silla con los álbums HOT IN THE SHADE autografiados y me entregó uno. “Aqui está. Estos son para los ejecutivos de la disquera, y gente como esa, pero a mi no me importa esa mierda. Toma uno de estos”. “Wow. Gracias…” Mi voz se apagó en cuanto dejó la habitación de nuevo. Conseguí meter el material dentro de mi bolsa, y salí hacia el salón. Eric estaba frente a un armario, lleno de articulos promocionales de KISS. Fui a agradecerle de nuevo por la entrevista, cuando el sacó un cd de MUSIC FROM “THE ELDER”. “Hey! Hablamos acerca de este álbum. Te gustaría el cd ??? “Seguro,” dije cautelosamente, sintiéndome abrumado. “Oh, mira. Toma uno de estos… y este… y este…” Eric continuó mientras sacaba más y más material. Finalmente sacó un cd de HOT IN THE SHADE. “¿Ya tienes este?” No teniendo ni un reproductor de cd´s, pues no. “Umm… no”. “Oh, vaya fan que eres! Ni siquiera tienes la mayoría de este material! Aqui tómalo.” Luché por acomodar el material dentro de la bolsa, y dejé la oficina encorvado debido al peso de todo esto. Le agradecí a Eric de nuevo en el vestíbulo al cerrarse las puertas del elevador. La última vez que me encontré con Eric fué cuando el tour HOT IN THE SHADE llegó a Dayton, Ohio. Como en tour anteriores, KISS estaba permitiendo la entrada a editores de fanzines en backstage antes de los shows para encontrarse con la banda. Al obtener pases, fui al backstage con el artista y fan Larry Blake, Jan Carter (editor del fanzine KISS FORUM), su hija Sarah, y mi novia (y próxima a ser mi esposa) Jill. Esperando en una habitación grande con varios fanáticos que habían ganado un concurso en una radio local, la emoción estaba al máximo. Y cuando Eric y Bruce llegaron a conversar con los fans, fueron asediados. Pero, cuando Gene y Paul llegaron al pasillo afuera de la habitación, la mayoría de los fans corrieron a saludarlos, dejando a Bruce y Eric solos, con un par de fans y nuestro grupo. Eric estaba firmando un álbum a un fan cuando la pluma que estaba usando se quedó sin tinta. Le dí una pluma y él la tomó, mirándome rápidamente y dándome las gracias. Eric entonces reaccionó y me miró de nuevo. “Hey!
Dale, cierto?” “Este es mi novio/a”, dijimos al unísono. Nos echamos a reír. “Ah. Los novios están aquí.” Eric dijo. Entonces volteó hacia Jill. “Dale es un tipo genial. No te equivocas con él” Nunca tuve la oportunidad de agradecerle por esto que dijo. Jan levantó a su hija para que Eric firmara una nota para ella. Cuando Eric iba a firmarle, Sarah dijo: ” Tú estás muerto.” Eric se quedó perplejo. “¿Qué?” “Tú estás muerto.” Cuando Eric miró a Jan por una respuesta, ella se rió: “Oh, Sarah tiene cuatro peces dorados en casa que nombramos como los miembros de la banda, y el otro día, tu pez murió.” Eric se rió. ” Bien, eso lo explica” Firmó la nota para Sarah, y se la entregó. Conversamos unos minutos más con Eric y él expresó su interés en reunirse conmigo después del tour para hablar algo más para el libro. Después de despedirnos, lo observamos salir al pasillo y rodear la multitud alrededor de Gene y Paul para poder llegar al escenario. Nadie volteó siquiera a verlo. Continué trabajando en el libro y estaba por ponerme en contacto con Eric para otra entrevista cuando se dió la noticia de que estaba en el hospital, sufriendo una cirugía a corazón abierto. Suponiendo que no era el momento correcto para molestarlo, pospuse la entrevista y le envié una tarjeta junto con una copia de uno de mis libros favoritos de The Beatles. Recordando el tour HOT IN THE SHADE, ahora destaco una segunda ocasión donde pude ir a backstage. Utilicé la segunda oportunidad para discutir con Gene acerca del libro y sólo pude ver brevemente a Eric por el rabillo del ojo. Para cuando volteé a hablar con él ya se había ido. Me dijo mas tarde alguien que iba conmigo que se había ido repentinamente, haciendo énfasis en que no se estaba sintiendo bien. Me he preguntado muchas veces si su salida repentina de esa noche estuvo relacionada a su entonces desconocida enfermedad. Conforme pasaba el tiempo se hacía cada vez más difícil saber sobre la salud de Eric, aunque alguna cosa se daba a conocer. Aun, yo tenía esperanza. Creo que todos la teníamos. Y cada vez que escuchabamos que se había levantado, teníamos un poco más de esperanza y sonreíamos anticipando su regreso. Si, las oportunidades eran pocas para su recuperación, pero eso no nos detuvo para desear ver a Eric salir adelante. Cuando llegué a casa después de escuchar la noticia, empecé a llamar a amigos. Varios estuvieron haciendo lo mismo tratando de ponerse en contacto con otros también. Muchos eran amigos que se habían ido con el paso de los años, con algunos de los cuales había perdido el contacto desde los días de hacerme fan de KISS hasta el presente. Tratando de contactarme con ellos, y ellos de hacerlo conmigo, me sentí un poco más cercano a todos ellos. Supe que mis sentimientos de intimidad con Eric parecieron extrañamente casi universales entre los fans con quienes hablé en los siguientes días. Y al paso de los años, cuando converso con fans que han sido lo suficientemente afortunados de haber conocido al hombre, me han dejando con el mismo sentimiento que tuve de él. Eric nunca quiso ser nada más para los fans que conoció más que “un tipo en una banda”. Una y otra vez he escuchado historias de gente acerca de Eric y su pasión por tratar de comunicarse uno a uno con cada fan que se encontraba. Tal vez fué el hecho de que Eric encontrara el éxito en la vida después que los otros en la banda. Habiendo sido fan de bandas por tanto tienpo, y soñando en serlo el mismo por tanto tiempo, tenía cierto vínculo con el chico promedio en las calles que Gene, Paul y los otros nunca podrían igualar. El sabía lo que era conocer a alguien a quien ellos admiraban cara a cara, y sabía que ayudar a esa gente a sentirse cómodos con él los hacía sentir bien. En escencia, el fué un verdadero enlace entre los fans y KISS. Gene y Paul siempre han dicho de dientes para afuera que nuna han olvidado lo que es ser un fan, pero a veces parece que KISS tiene que ser más mportante para esos fans que pudieran costear hacer satinados fanzines, que pudieran soltar $100 por verlos en una pequeña convención, que pudieran de alguna manera impresionarlos con su inteligencia en los negocios. Con su estimado de lo que un fan debe de ser, KISS empezó a perder control del último peldaño de la escalera de fans: aquellos quienes no iban a backstage, quienes no estaban sólo tratando de impresionarlos para obtener algo, aquellos quienes no estaban escribiendo libros para hacer dinero de ellos, o para ellos.; los únicos a quienes sólo les importaba la música. Y KISS, y la banda. Eric nunca olvidó que él era Paul Caravello, el baterista que trabajó por diez años y fué lo suficientemente afortunado en tener éxito. Y siendo tan feliz de haberlo logrado, esto sólo hacía a Eric querer compartir su fama con los fans también. Nunca quiso herir sus sentimientos, nunca jugó el juego de la fama con ellos. Cuando el abrió ese armario en las oficinas de KISS y empezó a darme material, no trataba de impresionarme y ganar mi favor. Sólo estaba tan emocionado por darme el material como yo de tomarlo. Era Eric diciendo, “Mira esto! esto es genial! Esto es realmente fantástico! Quieres participar en esto?” En años posteriores, he conversado con otros que conocieron a Eric y he descubierto que me importaba él porque a él le importabamos nosotros, los fans. No era sólo un rostro en la banda, o una voz en un disco, el fué un amigo. Un par de personas han mencionado que , privadamente, Eric algunas veces sentía que él sólo era afortunado por haber logrado el éxito. Más aún, que él sentía no ser suficientemente importante como para lograr algo por su cuenta. Quizás era verdad. Al final, Eric Carr, el baterista de KISS, no era importante en el gran esquema de nuestras vidas. Sin embargo, Paul Caravello, el hombre que tomó el nombre de Eric Carr, seguirá siendo más importante que cualquier estrella de rock pudiera ser. Solo puedo esperar que yo fuera suficientemente importante para él como para considerarme un amigo también. Cerca de tres meses después de su muerte, recibí una llamada telefónica de Jan. había encontrado el autógrafo que Eric le había firmado a Sarah y estaba muy sorprendida por lo que Eric había escrito, que tuvo que llamarme. La nota decía: “Para
Sarah – Quedé aturdido por un momento después de que Jan terminó de leérmelo. entonces dándome cuenta que Eric había estado hablando acerca del pez dorado de Sarah, empecé a reír. En algun lugar, lo sabía, Paul Caravello se estuvo riendo también de la inocente ironía de la nota. Estoy seguro que se hubiera encogido de hombros mientras se reía. “Hey, fué sólo una broma”, hubiera dicho. En escencia, el fué un verdadero enlace entre los fans y KISS. Gene y Paul siempre han dicho de dientes para afuera que nuna han olvidado lo que es ser un fan, pero a veces parece que KISS tiene que ser más mportante para esos fans que pudieran costear hacer satinados fanzines, que pudieran soltar $100 por verlos en una pequeña convención, que pudieran de alguna manera impresionarlos con su inteligencia en los negocios. Con su estimado de lo que un fan debe de ser, KISS empezó a perder control del último peldaño de la escalera de fans: aquellos quienes no iban a backstage, quienes no estaban sólo tratando de impresionarlos para obtener algo, aquellos quienes no estaban escribiendo libros para hacer dinero de ellos, o para ellos.; los únicos a quienes sólo les importaba la música. Y KISS, y la banda. Eric nunca olvidó que él era Paul Caravello, el baterista que trabajó por diez años y fué lo suficientemente afortunado en tener éxito. Y siendo tan feliz de haberlo logrado, esto sólo hacía a Eric querer compartir su fama con los fans también. Nunca quiso herir sus sentimientos, nunca jugó el juego de la fama con ellos. Cuando el abrió ese armario en las oficinas de KISS y empezó a darme material, no trataba de impresionarme y ganar mi favor. Sólo estaba tan emocionado por darme el material como yo de tomarlo. Era Eric diciendo, “Mira esto! esto es genial! Esto es realmente fantástico! Quieres participar en esto?” En años posteriores, he conversado con otros que conocieron a Eric y he descubierto que me importaba él porque a él le importabamos nosotros, los fans. No era sólo un rostro en la banda, o una voz en un disco, el fué un amigo. Un par de personas han mencionado que , privadamente, Eric algunas veces sentía que él sólo era afortunado por haber logrado el éxito. Más aún, que él sentía no ser suficientemente importante como para lograr algo por su cuenta. Quizás era verdad. Al final, Eric Carr, el baterista de KISS, no era importante en el gran esquema de nuestras vidas. Sin embargo, Paul Caravello, el hombre que tomó el nombre de Eric Carr, seguirá siendo más importante que cualquier estrella de rock pudiera ser. Solo puedo esperar que yo fuera suficientemente importante para él como para considerarme un amigo también. Cerca de tres meses después de su muerte, recibí una llamada telefónica de Jan. había encontrado el autógrafo que Eric le había firmado a Sarah y estaba muy sorprendida por lo que Eric había escrito, que tuvo que llamarme. La nota decía: “Para Sarah – Quedé aturdido por un momento después de que Jan terminó de leérmelo. entonces dándome cuenta que Eric había estado hablando acerca del pez dorado de Sarah, empecé a reír. En algun lugar, lo sabía, Paul Caravello se estuvo riendo también de la inocente ironía de la nota. Estoy seguro que se hubiera encogido de hombros mientras se reía. “Hey, fué sólo una broma”, hubiera dicho. |
![]() |