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Comentario del debut
oficial por Matías Repetto
La
velada fue grata por partida doble, en principio por haberla
compartido con Miguel que siempre está al tanto de “la movida
glam porteña” y que le pone la cuota de magia que se revive cada vez
que nos toca participar juntos de estas tradicionales salidas
rockeras. En segundo término, y fundamentalmente, porque el
espectáculo cumplió ampliamente con las expectativas generadas;
desde la puesta en escena, muy cuidada en la escenografía e
iluminación y un gran trabajo por parte de Pablo Cansler (un
ex Kefrén), quién se encargó de dar vida a una inmensa
pantalla que proyectaba imágenes perfectamente coordinadas con las
canciones, pasando por una producción de sonido medida, y la parte
musical que fue en sí misma una lección de profesionalismo y de gran
criterio a la hora diseñar un repertorio con la mira puesta en el
público. En mi opinión esta fue la razón por la cual en la noche del
sábado volvieron a brillar las estrellas que siempre han acompañado
a Sebastián a lo largo de su trayectoria.
En
cuanto a las canciones no faltó nada, Sebas hoy se puede dar
el lujo de mirar su propio legado y contar con una decena de
composiciones que, para aquellos que lo han seguido de cerca, nos
han acompañado a lo largo de nuestras “locas noches”. Además de
atacar con 5 hitazos de su nuevo álbum solista, incluyendo las
baladas “Corazones”, “Mentiras”, y el pegadizo “Mamma
Love”, estuvieron presentes varios clásicos de la discografía de
Kefren entre los que se destacaron particularmente “Todo
Vale” y esa gran balada que es “Orgullo de Mujer”, no sin
antes evocar su último paso por Mafia, y además con la
encantadora sorpresa de incluir un tema perdido de sus primeros
pasos en la música. Sobre el final no podía faltar el tradicional
cover de Kiss, en este caso, “Hide your Heart”
sabiamente elegido a tono con la propuesta general del show.
Es
cierto, las analogías son inevitables, Seba Gava no sortea
trascender su espejo artístico en quien fuera su mentor, Mr. Paul
Stanley, pero bien ha sabido forjar una cautivante personalidad,
mezcla de comediante y rockero despojado, y por sobre todo irradiar
una permanente autenticidad como artista propio de estas tierras.
Aún así, todavía permanece impregnado de Paul, (muchos de sus
ademanes vocales son evocaciones casi perfectas), y él parece
disfrutarlo, ya es “parte de su piel”. En cuanto a los músicos,
Fernando Calabresi (guitarra líder), Gabriel Wright
(teclados) y Leandro Bordicelli (batería) estos cumplen con
el cometido de ser la banda de Seba, pero en esencia es con
Gustavo De Filippo (bajo) donde Gava se apoya a la
hora de mostrar su desempeño escénico, juntos hacen una muy buena
sociedad.
En
conclusión, y a mi modo de ver, no es esta la música rock que hoy en
día mueve miles de personas en Argentina (lamentablemente), pero
Sebastián Gava es un sobreviviente de ese rock con glamour,
honestidad, y por sobre todo de sentimientos positivos y festividad,
recordándonos permanentemente viejos paradigmas que en épocas
pasadas nos unía y nos hacían pasar momentos gratificantes. Qué él
siga insistiendo con esta propuesta nos hace sentir vivos, dándole
sentido a una historia que no tiene por qué quedarse anclada en el
pasado. Gracias Sebas por tanta magia, y por hacernos
recuperar parte de nuestra vieja identidad. No claudiques nunca!
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Matias
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