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Se me ocurrió evocar en esta oportunidad, los
20 años de la edición de Dynasty, el álbum más trascendente de la
historia de KISS para los fans de habla hispana, el que definitivamente
nos infectó y por sobre todo el que nos otorgó el pasaporte para
descubrir un nuevo mundo al que nunca hubiéramos imaginado, pero que fue
nuestra válvula de escape en una época muy singular de la vida social de
nuestro país, Argentina. Extractado del libro "Kiss & Sell" de Chris
Lendt, he aquí los pormenores de lo que fue la realización de la
magnífica portada (quizá una de las mejores) del álbum más antológico
por excelencia para los fans de esta parte del mundo.
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El
set de Dynasty debió haber sido un récord por la mayor cantidad de
dinero gastado en una tapa de un álbum. Fransesco Scavullo, el fotógrafo
top de moda que frecuentemente hace las fotos de tapa para Cosmopolitan,
fue contratado para fotografiar a Kiss. La foto era un concepto simple,
una simple toma de las caras de Kiss con un enfoque muy nítido. Cientos
de fotos fueron sacadas pero Kiss se rehusaba a aprobar cualquiera de
ellas. La solución fue dividir cada toma grupal en tomas individuales de
las partes faciales -ojos, pelo, bocas, labios, orejas, etc.- como
piezas individuales de un rompecabezas. Esto produciría miles de
permutaciones. La "foto" final aprobada de los cuatro sería una
composición de las mejores partes de todas las fotos. El laborioso
trabajo de ensamblar el ‘collage’ de fotos cayo en manos de Dennis
Woloch, el director artístico de Howard Marks Advertising de Nueva York.
Woloch, que generalmente diseñaba las tapas de los albumes de Kiss, fue
la persona que tuvo que soportar la responsabilidad de convertir las
inspiraciones visuales de Kiss en productos terminados. Retoques
extensivos fueron requeridos para hacer la perfecta composición. La
sesión de fotos fue casi abandonada cuando Peter y Ace comenzaron a
pelearse en el camarín y casi se van a las manos. Peter tiro su puñetazo
contra el espejo de maquillaje de la pared. Después de haber sido
llevado a un hospital de emergencias para un tratamiento, volvió horas
después al estudio East Side de Scavullo con su brazo envuelto en
vendas. La tapa del álbum terminó costando cerca de $40.000.
La sesión de fotos de
Dynasty también produjo un set de fotos de Kiss con maquillaje pero sin
sus usuales vestimentas. Usaron chalecos de fuerza. Scavullo tuvo un
momento difícil dándole dirección a la banda, distinto de las flexibles
y dóciles modelos con las que estaba acostumbrado a trabajar. Peter lo
llamaba "Frankie" en vez de Francesco. Uno de la banda le preguntó como
le gustaba trabajar con "gente loca" que no acata bien las ordenes. A
ese punto, alguien sugirió que los chalecos de fuerza podrían hacer a
Kiss más fácil de manejar. Fritz, el manager de Tour, fue despachado
cuando Peter dio la orden de conseguir unos. Conseguir cuatro chalecos
de fuerza en medio de una tarde de Sábado no fue una tarea fácil, pero
un par de los muchachos del crew ayudaron a Fritz a conseguirlas en una
casa de abastecimiento médico cerca del Hospital Bellevue.
Comentario Final
La edición de Dynasty en
Argentina se produjo a fines de 1979, y fue disco de oro en nuestro
país. El hit discotequero "I Was Made For Lovin’ you", su video clip y
además el estreno en los cines de la película "KISS contra los
Fantasmas", fueron una combinación letal para cautivar la atención de
cientos de jóvenes y atraerlos al mundo del rock and roll. Hoy Dynasty
es el disco pilar por excelencia en la mayoría de la generación de
adultos de 30 años y a pesar de que muchos se autodenominaron fans de la
primera ola, lo cierto es que muy pronto dejaron de seguir al grupo,
pero Dynasty fue la excusa inevitable para iniciarlos en una música rock
hasta ese momento desconocida por muchos. Tan sólo recordar que los
medios y la radio de nuestro país se jactaban de enaltecer la música
(bailable) de moda extranjera, o los melódicos bailables argentinos
(como Cachito Castaña, Katunga, Tormenta, Manolo Galván, etc, etc),
Dynasty fue una verdadera conmoción, es más, nuestro disco de la
revolución, el que nos hizo el bocho y nos mostró que existía otra
alterantiva para sentir y hacer música de rock and roll. Muchos jóvenes
luego se volcaron a conocer el Heavy Metal, las bandas de Hard Rock
americanas y expandieron una rama musical que en nuestro país
literalmente estaba muerta. Podrán existir miles de jóvenes de aquella
generación que hoy se dirijan a KISS con cierto desprecio y hasta a
veces en forma despectiva, pero no se atrevan a revisarles sus bateas,
en algún rinconcito de sus piezas todavía deben conservar bajo el polvo
y la humedad porteña, el disco que les abrió la cabeza… Dynasty, el de
las cuatro caras atroces del rock.
Por
Matías Repetto
Traducción: Lucio Mancebo
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